Y ese día comprendí que hay algunos besos que no son más que
distancia. Pesan, agotan, matan. Nos hacen darnos cuenta de que hay algo ahí
dentro que lleva agonizando lentamente durante mucho tiempo y que empieza a
doler demasiado. Nunca he podido querido aceptar que la vida real no entiende
de finales felices. Hay despedidas, como las nuestras, que terminan con puntos
suspensivos, como el humo desvaneciéndose en el aire entre miles de preguntas
que nadie vendrá a responder. Y ese día, la ciudad se me quedó tremendamente
grande y vacía. Como mi vida.
Pero bueno, después de refugiarme cien veces en el pasado y
toparme en miles de ellas con el presente, supongo que la única opción es
resignarme a avanzar hacia delante y pensarte desde la lejanía. ¿Qué queréis
que haga? Ni siquiera los kilómetros son capaces de difuminar algunos recuerdos,
de apagar mis incendios y salvarme cada vez que me ahogo entre la tormenta. Será
que la vida nos cambia. Que ni tú ni yo somos los mismos. Que te quise
demasiado pero nunca te olvidé lo suficiente. ¿Sabéis? Después de tanto tiempo
buscándola con urgencia he aprendido que vivir y morir por ella no son cosas
tan distintas, después de todo. Y sé que es irónico, pero las mejores noches en
vela fueron aquellas en las que me hacía soñar.
Hace mucho que olvidé cómo era eso de soñar despierto, pero creo
que debía parecerse mucho a volar. Sin paracaídas.
First of all I must say that I like almost all your posts (almost cuz I haven't read all of them) but I believe that you should be grateful of what life brings to you, instead of focusing on what it has taken from you.
ResponderEliminarDear reader: I really care about your point of view. Writing about something that makes me feel bad is my personal way to take that sadness out of me. Life is such a wonderful thing that I feel I must live it leaving apart all these bad feelings... thank you so much for comment and read it! Best regards.
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