viernes, 23 de noviembre de 2018

Noviembre

Noviembre
es amar a escondidas.
Quitarse la ropa.
Curarse las heridas.

Es prometer el mundo
a alguien que no conoces
pero que llevas esperando
toda la vida.

Es pecar
por penúltima vez
los viernes por la noche
en la cama de un hotel.

Decirle a los demás
que te llevaba a bailar
mientras te hacía mía
en los baños de algún bar.

Pero noviembre también es
una llamada perdida,
un mensaje sin respuesta;
alguien que ya no te necesita.

Es la promesa de quedar
"un día de estos"
que nunca llega.
Porque es difícil aceptar
que a alguien a quien amas
ya ni siquiera le importas.

Noviembre te mata
sin que te des cuenta;
con sus días grises,
con sus noches de lluvia.

Despertar de madrugada,
dormir entre horas,
escuchar canciones tristes
y mirar por la ventana.

Noviembre es hacer cosas
que ni siquiera te gustan
para desterrar de tu abismo
la palabra melancolía.
Es repetirme a mí mismo
que volverás algún día.

Al final es maquillar
verdades dolorosas
con mentiras piadosas.
Volver a pensarte
como el primer día,
cuando aún no eras mía,
pero ya no podías ser
de nadie más.

Pero la realidad es
que aquel noviembre,
el mes de abril,
aquellos viernes,
dos mil dieciséis,
ya nunca volverán.

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